Pasé una infancia con muchísimos momentos felices en el campo (a la izquierda, con unos seis años, dando de comer a una ternerita).
Recuerdo como difícil mi adolescencia, intentando comprender, con poco éxito, la familia, el colegio y el mundo.
Frustrado experimentador durante más de 50 años de múltiples caminos de desarrollo personal y de búsqueda espiritual .
Aquí y ahora, integro, tranquilo, los problemas, las soluciones, el sufrimiento y la felicidad en un mismo TODO VITAL, que es el silencio último y profundo de la vida.