LA PREVALENCIA, LA FRECUENCIA DE LA ENFERMEDAD Y EL SUFRIMIENTO:
- La artrosis, el cáncer, la diabetes, las conductas adictivas en todo el mundo, la violencia contra los más débiles, los desastres naturales y sus consecuencias, etc., constituyen, la norma, no la excepción en nuestra sociedad. El sufrimiento humano es universal.
LA ETIOLOGÍA, ¿POR QUÉ OCURREN LA ENFERMEDAD Y EL SUFRIMIENTO?
- Las circunstancias “adversas” actuando sobre genes y cultura suelen considerarse los responsables más visibles de la enfermedad, pero, estos, a su vez, están determinados por eventos previos en una cadena sin fin.
- Cada evento que ocurre es el resultado de todos los demás eventos que ocurren en el mundo. Las redes epidemiológicas de causas y efectos son infinitas.
LA SALUD:
- Solemos llamar salud a lo que por ella entiende la cultura dominante, pero la salud no puede alcanzarse ni en otro sitio ni en otro momento que este y, por tanto, solo se puede vivir, pero no conceptualizar o describir.
- La verdadera salud no queda lejos, está a nuestro alcance, hemos dispuesto de ella desde que nacimos y quizás no lo hemos sabido.
- La salud real «ocurre» durante la vida cotidiana, integrando los problemas, las soluciones, el sufrimiento y la felicidad en un mismo TODO VITAL.
LA ENFERMEDAD.
- La vida está formada por todos los caminos, e incluye todas las patologías, vengan de donde vengan y vayan a donde vayan.
- La salud ordinaria y real, con sus aparentes patologías también es la salud, pero una salud donde no se prioriza la forma personal. La salud del “todo” siempre está presente, aunque la mente piense que está fuera y tiene que “alcanzarla”.
- La bacteria denominada rickettsia puede mirarse como la causante del tifus, pero también como el origen de las mitocondrias y, por tanto, de nuestra vida celular y de nuestra salud. Vemos, en este simple ejemplo, que la imperfecta salud individual, constituye, en realidad la perfecta salud colectiva.
- Puedo estar sordo, pero no “soy un sordo” sino lo que en cada momento para mi significa la sordera. O, mejor, lo que las percepciones del mundo a través de mi sordera. El campo de conciencia nunca enferma y vivir es, en realidad, tomar conciencia.
- La enfermedad es solo la distancia que hay entre lo que ocurre y lo que creemos que debería ocurrir.
EL DIAGNÓSTICO, LA INTERPRETACIÓN
- La verdad no está tallada en piedra, ni dibujada en la arena, ni siquiera espumando en el agua. Es intangible e impensable.
- ¿Quién soy yo para juzgarme a mí mismo, a los demás o a la madre vida que, aparentemente, me contiene?
- La vida es una y siempre está en movimiento y, por lo tanto, todo juicio diagnóstico es siempre parcial y provisional.
LA MUERTE:
- Vida y muerte solo son conceptos y como tal un producto racional de la mente. La muerte, aparentemente individual, es la de las ideas y, específicamente, la idea de identidad propia.
- El miedo a la muerte propia y a la de los demás, es en realidad el miedo a perder lo que consideramos nuestra identidad, o sea un concepto, una idea.
- Nadie ha experimentado nunca la muerte porque la muerte equivale a la ausencia de experiencia, pero la muerte no es una experiencia y no podemos intentar explicarla mediante las características de la experiencia.
- Creer en la muerte de otro (un ser querido, por ejemplo) es disminuir al otro, es mantener la creencia, por un lado, de que el otro tiene una existencia independiente del contexto y, por otro lado, creer que al contexto le falta algo, lo que es imposible en ambas situaciones. Ni el otro existía antes de forma independiente, ni ahora el contexto ha menguado en absoluto, solo se ha transformado.
- Vida y muerte son preocupaciones existenciales generalizadas y respetables, pero a las que solo podemos acercarnos deconstruyendo creencias sobre ellas, viviéndolas, no interpretándolas.
EL TRATAMIENTO, LA SANACIÓN Y EL SANADOR
- La vida sana no se diferencia de la vida enferma por sus contenidos sino por la perspectiva desde donde se vive, desde donde la vida indica no desde donde tú indicas La sanación implica, como primer paso, un cambio de perspectiva desde posar la mirada en un sujeto enfermo a una mirada global hacia un universo ordenado.
- ¡No se trata de negar la mente y la razón curativa y sanadora sino de mirar a través de ella y ver más allá del dolor desde el nivel micro personal al macro que incluye todo el contexto! Esto no impide que mi “aquí y ahora” pueda implicar el hecho de tomar una pastilla para el dolor, pero sabiendo que el protagonista no es el dolor sino la “percepción misma del dolor” que es lo que en ese momento soy, sabiendo que el dolor dental va más allá del diente.
- Es preciso transformar la incertidumbre que nos hace temer por los futuros eventos propios o de los demás en curiosidad-asombro-veneración que nos hace contactar con la esencia de esos eventos en continuo cambio. Muchas veces, lo importante no es encontrar soluciones sino dejar de ver problemas donde no los hay.
- Lo que tú eres y lo que los demás son, visto desde el punto de vista del contexto global, no puede tener defectos, y eso es lo más valioso que puedes compartir con todos los que te rodean tanto para sanarte a ti mismo como para sanar a los demás.
- Acompañar a quien sufre no es responsabilizarse de su salida del sufrimiento; tampoco sufrir con él; tampoco juzgar o dirigir su lucha: consiste, simplemente, en respetar la confusión y el desorden para que la persona acompañada se impregne de nuestro respeto.
- Podemos “descargar” una gran parte de nuestro “esfuerzo personal sanador” en el rio de la vida, lo que no consiste en la negación del cuerpo enfermo, sino en asumir la ausencia de un protagonista personal para ese cuerpo.
- No es posible cuidar de algo particular sin cuidar de todo lo demás. Cuidar o acompañar amorosamente se deriva de ver al otro como formando parte del mismo contexto. Cuidarme a mí y cuidar del contexto, también es cuidar de los demás.
RESUMEN
- El sufrimiento humano es universal.
- Las redes epidemiológicas de causas y efectos son infinitas.
- La salud real «ocurre» durante la vida cotidiana, integrando los problemas, las soluciones, el sufrimiento y la felicidad en un mismo TODO VITAL
- La enfermedad es solo la distancia que hay entre lo que ocurre y lo que creemos que debería ocurrir.
- La vida es una y siempre está en movimiento y, por lo tanto, todo juicio diagnóstico es siempre parcial y provisional.
- Nadie ha experimentado nunca la muerte porque la muerte equivale a la ausencia de experiencia, pero la muerte no es una experiencia y no podemos intentar explicarla mediante las características de la experiencia.
- La sanación implica, como primer paso, un cambio de perspectiva desde posar la mirada en un sujeto enfermo a una mirada global hacia un universo ordenado. Acompañar a quien sufre no es responsabilizarse de su salida del sufrimiento; tampoco sufrir con él; tampoco juzgar o dirigir su lucha: consiste, simplemente, en respetar la confusión y el desorden para que la persona acompañada se impregne de nuestro respeto.